Las palabras de un mamá
No hay palabras más dulces que las de una madre. Por eso nos emocionó tanto recibir hace unos días una carta de la madre de la pequeña Naylah-Simone. Queríamos compartir esta historia con ustedes porque les ayuda a comprender cómo se sienten los padres cuando les diagnostican la enfermedad y su única posibilidad de ver salvado su corazoncito es dejarlo volar a Francia.
¿Te acuerdas de Naylah-Simone? Nos hicimos cargo de ella por primera vez en 2018 y luego una segunda vez en septiembre de 2021 para finalizar la operación de reparación de su corazón. Durante su estancia con su familia de acogida en la región parisina, tuvo la suerte de conocer a Samantha Davies antes de emprender la Transat Jacques Vabre. Desde entonces, ha regresado a la República Democrática del Congo, donde se ha reunido con su madre, que ha querido compartir su historia con nosotros:
Naylah-Simone nació el martes 05 de julio de 2016. Todo fue normal, sin alarmas durante el embarazo, sin preocupaciones tras un parto por cesárea. Y así dimos la bienvenida a nuestro primer hijo. No veíamos la hora de asumir por fin el papel de padres. Tenemos un pedazo de tierra de labranza que utilizamos para cultivar maíz, que vendemos.
Después del parto me quedé con mis padres para aprender a cuidar de Naylah. Tres semanas después del parto no había ganado peso. Tras una visita al pediatra, nos aconsejó que viéramos a un cardiólogo. Pero los cardiólogos son raros en nuestra ciudad, Lubumbashi, en el sur de la República Democrática del Congo. Sin demora, vimos a uno que confirmó una cardiopatía congénita que requería cirugía muy pronto. Recuerdo sus palabras: "No veo a su hija llegando al año de vida si no le operan el corazón".
Perdidos, confusos y enfadados, decidimos amar a nuestra hija durante los días que le quedaban. Dejé la agricultura para dedicarme a nuestra hija. Gracias a mi título, conseguí unas prácticas remuneradas en una empresa de la ciudad, lo que nos permitió que Naylah fuera controlada regularmente por un cardiólogo.
Sorpresa. Su corazón resistió, a pesar del pronóstico de vida o muerte, y llegó a cumplir un año. Aun así, nunca pudimos reunir el dinero necesario para operarla del corazón. Esperábamos un milagro y entonces, unos días antes de susegundo cumpleaños, en plena cianosis, pedí "ayuda" en las redes sociales. ¡Me estaba desahogando! Mi acción no fue en vano, ya que una señora de buen corazón respondió a mi comentario: "He enviado tu mensaje a Mécénat Chirurgie Cardiaque, para que puedan ponerse en contacto contigo". Nuestro rayo de esperanza se convirtió en lo que esperábamos: ¡UN MILAGRO!
Entonces todo sucedió muy rápido. En julio de 2018, nos intercambiamos con Mécénat y en octubre de 2018 Naylah fue operada. Cuando volvió a casa, recibimos la impactante noticia de que necesitaba una segunda operación para que su corazón funcionara "normalmente".
En cuanto volvió, en diciembre de 2018, notamos un gran cambio. Naylah empezó a ir a la guardería y en 2 años las únicas visitas al hospital eran para comprobar que todo iba bien.
En 2021, Naylah regresó a Francia para someterse a un tratamiento completo.
Este corazón excepcional ha puesto en su camino a personas excepcionales. Cada latido del corazón de Naylah implica a miles de personas. Gracias a Mécénat Chirurgie Cardiaque, ha cruzado todo un continente. Ha participado en actividades extraordinarias y, sobre todo, su corazón ha sido REPARADO. Ahora puede correr, como ella misma dice.
Naylah ha aprendido mucho en Francia. A veces incluso da la impresión de que su familia de acogida ha desempeñado igual de bien el papel de padres. ¡Tenía una familia estupenda! Gracias a ellos y a todas las familias de acogida que cuidan de nuestros niños.
Lee el primer testimonio de su madre, que compartimos contigo en 2020.
