Acoger a un adolescente : la historia de Elvis
En Mécénat Chirurgie Cardiaque no sólo operamos a niños pequeños. Nuestra sucursal de Angers está especializada incluso en el cuidado de adolescentes. Para saber cómo es acoger a un "niño grande", hemos pedido a Florence, la madre de acogida de Elvis, que nos cuente cómo ha sido la estancia de este joven de 16 años de Costa de Marfil con su familia.
La familia de Florence está formada por su padre Nicolas, sus hijos Capucine (11) y Célestin (9), y su perra Rosie. Tras descubrir la Asociación en nuestras redes sociales, todos ellos decidieron embarcarse por primera vez en la aventura de la acogida. Viviendo en la región de Anjou, el pasado mes de septiembre acogieron en su casa no a un niño pequeño, sino a un adolescente de 16 años.
"Desde mi única experiencia como familia de acogida, la ventaja de acoger a un adolescente es la comunicación. Al principio de nuestra estancia, Elvis estaba estresado porque se acercaba la fecha de su operación, pero pudimos comunicarnos fácilmente. Nos confiaba sus sentimientos, sus miedos, nos contaba su vida cotidiana en su país, y eso forjó inmediatamente un vínculo con todos nosotros".
La operación de corazón de Elvis salió bien, y un nuevo joven se reunió con su familia de acogida al salir del hospital. "Hemos tenido suerte, porque nuestros hijos se han llevado muy bien con él. Elvis asumió el papel de hermano mayor de Capucine y Célestin. Jugaban juntos, les ayudaba con los deberes y a veces hasta se peleaban como hermanos de verdad.
"Otra de las ventajas de acoger a un adolescente es que hemos podido aprovechar al máximo para hacer actividades con ellos. En concreto, Elvis tuvo la suerte de asistir en el vestuario a un partido de fútbol entre el Angers y el Nantes, seguido de un encuentro con los jugadores. Aficionado al fútbol, también se hizo amigo de los jóvenes del estadio local, donde comprobó una notable mejora de su forma física tras la operación.
Elvis también aprovechó su estancia con la familia de acogida para pedir prestada una bicicleta, ya que no tiene una en casa. Antes de su operación, se conformaba con dar paseos cortos porque se cansaba enseguida. Se prometió a sí mismo que, una vez recuperado, volvería en bicicleta al hospital, que está a 30 km de casa... ¡y cumplió su palabra! Antes de marcharse, dio las gracias en bicicleta a las enfermeras que le habían atendido, un gesto simbólico del que se sentía orgulloso.
Elvis regresa a Costa de Marfil con sus padres y el mensajero de Aviation Sans Frontières.
